Estas imágenes, son capturas de pantalla de camaras de seguridad equipadas con tecnología WIFI en las que se encontró una falla en el código de configuración. Dicha falla permitió el libre acceso al contenido que estaba transmitiendo en tiempo real, a cualquier persona con acceso a internet. En Enero del 2013, un grupo de expertos en seguridad informática hizo pública una lista con 450 direcciones IP de dispositivos en los que fue detectada esta vulnerabilidad, con el propósito de informar a los consumidores de este problema, además de atraer la atención del fabricante y forzarlos a encontrar una solución. Descargué una copia de esta lista, visité cada una de las direcciones en ella e hice un registro de mis hallazgos.

Mi interés en este material parte del hecho de que representa un ejemplo del documento fotográfico funcionando como vehículo de dialogo entre el espacio público y privado.

También en la contradicción que se crea cuando la misma herramienta que se utiliza para protección, compromete a su sujeto al exponerlo públicamente. El suceso tal cual, en esta época post Edward Snowden, cuando continúa la discusión sobre cuál debe ser el punto de balance entre p​rivacidad​ vs. ​seguridad,​en conjunto con el dialogo y reflexión que he tenido con estas imágenes, Me lleva a plantearme las siguientes preguntas:

Si al incrementar la cantidad de personas con acceso a la transmisión del contenido de la cámara aumenta la probabilidad de que alguien se de cuenta si algo no va bien, podemos concluir entonces que la seguridad de algo/alguien aumenta al exponerlo públicamente?

Cual es el límite entonces o como pudiéramos determinar que debe de mantenerse público y que debe de mantenerse privado dentro de nuestra cotidianidad?

A partir de dialogo con estas imágenes, Qué es lo que pudiéramos concluir que es valioso o digno de protección?